domingo, 16 de septiembre de 2012

Caída rápida.

Vacío, oscuro. Semanas en las que las ideas (y las palabras) van y vienen a su cabeza sin mucho sentido. Todo gira en torno a un solo pensamiento. Y cualquier camino desemboca en un precipicio que parece no tener fin. Sus manos buscan cuerda, navaja, electricidad. La curiosidad y la excitación de saber qué hay tras la espesa nube que aguardaba al final del precipicio, le orilla a buscar una salida.

Pero no ha tenido el valor para ir mas allá. Solo deja que su mente divague con la nube gris. Grande y espesa, aquélla masa gris la perturbaba. Pesadillas, luz, un lugar conocido o solo oscuridad y vacío. El tic tac del reloj acelera sus impulsos, apaga su razón.
Tic tac, tic tac, tic tic tic... Un sonido metálico choca en sus oídos. No lo piensa mas... Sus pies resbalan de la mesa, la navaja cae al piso.
Cierra los ojos, su cuerpo se tensa.
Vacío, oscuro, silencio.


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